lunes, 16 de enero de 2017

Literatura Vanguardista

Marcel Proust

En Busca del Tiempo Perdido

Lo más representativo de En busca del tiempo perdido es que no se trata de una novela en la que se describen acontecimientos en forma estrictamente cronológica y en base a la importancia de éstos, sino que los hechos se narran como destellos de recuerdos que van viniendo a la memoria del narrador, a través de lo que Proust bautiza como memoria involuntaria, es decir, cuando olores, sabores o imágenes presentes sacan a relucir recuerdos del pasado que se creían olvidados.

En este sentido, tal vez el pasaje más conocido de En busca del tiempo perdido sea el de la magdalena, cuando el narrador, al probar siendo adulto un trozo de pastel o magdalena empapado en té, recuerda muchos hechos de la infancia (cuando había experimentado por primera vez dicho sabor) que creía habían desaparecido de su memoria. Varios de estos episodios de memoria involuntaria se producen a lo largo de la novela, que son precisamente los que le permiten desarrollar la narración.
Un aspecto también importante es el tema de la homosexualidad. Marcel Proust era gay, aunque nunca se atrevió a salir del armario. Lo llamativo es que En busca del tiempo perdido aborda el análisis de la homosexualidad pero desde la perspectiva de un narrador que supuestamente es heterosexual y que ve el amor entre personas del mismos sexo desde esta perspectiva.





 

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